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miércoles, 18 de marzo de 2020

En qué te beneficia odiar el perro mirando hacia abajo (Adho Mukha Svanasana)

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La postura de adho mukha svanasana o perro mirando hacia abajo me encanta cuando la practico en una clase de vinyasa, porque generalmente representa una postura de descanso. Pero cuando la practico en una clase de ashtanga, la odio profundamente, pues hay que aguantarla durante 5 respiraciones cada vez. Me considero una persona con bastante fuerza en los brazos, ya que puedo hacer invertidas y equilibrios de brazos varios, pero confieso que más de una vez he llorado en adho mukha svanasana durante una clase de ashtanga yoga. Me frustraba tener que descansar en la postura del niño ante la imposibilidad de aguantar sobre mis brazos y ver al resto de mis compañeros aguantando estoicamente la postura. Tras haberme sucedido unas cuantas veces, decidí forzarme a practicarla más a menudo. Y pronto descubrí sus enormes beneficios, los cuales comparto contigo.

1) Compensa nuestra nula higiene postural

Al estar frente al ordenador o un dispositivo móvil todo el día, nuestro cuello se carga demasiado. En adho mukha, tenemos, por fin, la oportunidad de dejar nuestra cabeza caer y relajarla, destensionando el cuello. Por otro lado, el pecho, cuando estamos sentados en una silla durante horas, se mete hacia dentro y nos vamos encorvando hasta parecer el jorobado de Notre Dame. Adho mukha te fuerza a abrir el pecho y llevarlo hacia tus tibias, estirando todos aquellos músculos del torso que normalmente están cerrados y contracturados. Además, esta postura reajusta la posición de tus lumbares, manteniéndolas planas, estira tus glúteos, isquiotibiales, gemelos y tobillos, liberándonos de las tensiones que vamos acumulando en nuestro frenético día a día.

2) Si no nos mata, nos hace más fuertes

De sobra es sabido que pocos aman esta postura. Cuando el profesor nos hace aguantarla durante unas cuantas respiraciones de más, nuestros brazos flaquean, nos sentimos más débiles y más pesados. ¡Ay, yoguineante, no hay yoga, se hace yoga al yoguinear! Y tu core, brazos y piernas te lo agradecerán, se fortalecerán y, con el tiempo, no habrá respiración larga que se te resista en adho mukha.

3) Nos ayuda a manejar nuestras emociones, especialmente la frustración

Y precisamente porque aguantar esta postura es un calvario, en esos momentos en los que tienes los ojos del profesor (incluído el tercer ojo) clavados en tu nuca viendo y esperando que te hundas sobre la esterilla, es cuando recibes el mayor de los aprendizajes en yoga. Posturas como esta, que se ven tan sencillas desde fuera (“¡oh, mira, es una v invertida! ¡Qué graciosa!”) son las que nos dan un zas en toda la boca, y nos enseñan a que el yoga no es tan sencillo como lo pintan y que incluso en esta maravillosa disciplina también vamos a sentirnos frustrados. ¿Por qué crees sino que dicen que el yoga es tan beneficioso? Igual que la comida que es buena para la salud es la que menos nos gusta, en yoga las posturas que más nos enseñan son las que más nos cabrean. Así que haz las paces con adho mukha, te está enseñando un montón.

4)Nos ancla en el momento presente

Frustración, debilidad, temblequera, rigidez… darnos cuenta de las emociones y sensaciones que nos evoca adho mukha nos mantiene en el momento presente. No obstante, si esa atención al momento actual tiene connotaciones negativas, ¿qué tal si, nos centramos mejor en lo que nos beneficia esta postura? Recuerda que en adho mukha tenemos el pecho abierto por lo que podemos respirar profundamente, estamos en una postura incómoda por lo que nos demostramos a nosotros mismos resiliencia y capacidad de adaptación, nos estamos cuidando lo que es un acto de amor hacia nuestra persona y hacia los demás (ya que, al mejorar nuestra autoestima, mejoran también las relaciones interpersonales).
Recuerda que, de todas formas, si la postura se vuelve excesivamente dura, siempre puedes hacer variaciones que te den los mismos beneficios, como la que te doy en la viñeta.
Y, no lo olvides, si te está costando la postura es porque ¡estás en el camino hacia ponerte más fuerte que el vinagre!
Sé agradecido con tu cuerpo y con tu mente por practicar yoga y, en concreto, posturas tan escurridizas como adho mukha. Estoy segura de que, además, después de haber practicando esta postura unas cuantas veces, sentirás aún más respeto por tu perro, ¿quién nos iba a decir que sería una postura tan difícil viendo lo bien que le sale a él?
Si quieres saber cómo realizar esta postura correctamente e integrarla en secuencias como el saludo al sol, entre otras, te recomiendo mi Manual de Iniciación al Yoga Dinámico. La mejor guía para iniciarte en esta práctica y aprender bien sus bases y fundamentos. Y si te preocupa hacerte daño, hazte con el Manual Cómo Evitar Lesiones en Yoga. También puedes practicar conmigo en mis clases de yoga online. ¡Tienes muchas opciones para mejorar tu experiencia sobre la esterilla!
Om shanti shanti requeteshanti
Julia

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miércoles, 11 de marzo de 2020

El significado esotérico del hatha yoga

¿QUÉ SIGNIFICA LA SUPUESTA UNIÓN DEL SOL Y LA LUNA?

El hatha yoga es la fuente de gran parte del "yoga" que se practica en el mundo actualmente. Existen muchos tipos de yoga y muchos entendimientos distintos de lo que es el yoga (término que originalmente significa "ayuntar", "yunque", "unión"), pero es el hatha yoga el que ha dominado, si bien también al occidentalizarse y comercializarse ha perdido mucha parte de su esencia, acercándose más al fitness que a la meditación y a una motivación soteriológica. Por esto mismo, cabe reflexionar en lo que significa "hatha yoga".
Hatha en sánscrito significa "fuerza". Así, el hatha yoga consiste en gran medida en la utilización de la fuerza o el poder para obtener el yoga, el estado de unión, o el estado de poder espiritual (y a veces mundano). De aquí que se utilicen asanas, algunas extremas, cuya función es de alguna manera forzar la concentración o los estados mentales asociados con el samadhi (es importante mencionar que la función de toda asana o acción física es simplemente facilitar la meditación o los estados contemplativos). 
El hatha yoga nace entre los nath-yogis de la India, quienes a su vez están ligados a siddhas medievales que practicaban tantra y alquimia (aunque míticamente su fundador es la figura divina semilegendaria Dattatreya). Curiosamente, es el tantra budista el que influye directamente en la conformación de un vocabulario y una serie de prácticas -sin embargo, el tantra budista es a la vez influenciado por el tantra hindú y la alquimia medieval-. 
Ahora bien, muchos practicantes de yoga seguramente han escuchado otro significado del nombre "hatha", que tiene que ver con la unión del Sol y la Luna, donde se enseña que las dos sílabas (ha y tha) representan estos dos astros y también el aspecto masculino y femenino que se unen, hacen yoga. Hay que decir que esto no es lo que significa la palabra hatha, sino una lectura esotérica que sí existe en la misma tradición, aunque ha tenido mayor énfasis en la época moderna.
La razón por la cual se ha entendido que el hatha yoga es la unión del Sol y la Luna tiene que ver con el sistema anatómico esotérico del tantra y la alquimia. En el tantra y en la alquimia se utilizan las metáforas de dos gotas (bindu) que se unen en el cuerpo; la gota lunar en la cima de la cabeza y la gota solar en el vientre. Esta unión marca el despertar o la liberación, literalmente el estado del yoga. El Hatha Yoga Pradipika, uno de los textos fundacionales de esta tradición, dice: "Saludos a Susumna, a la Kundalini, el néctar que se origina de la Luna"; este es el néctar que se encuentra en la corona, asociado con el despertar de la divinidad (Shiva, la conciencia pura), que es despertado por Shakti, la energía kundalini de la base.
Uno de los principales maestros de hatha yoga en Occidente, Richard Freeman, explica este proceso como un diálogo interno entre opuestos, entre los dos canales o nadis (ida y pingala) que deben primero abrirse simultáneamente, para así balancearse, y luego cerrarse, de esta manera forzando que la energía o el aliento entre y suba por el canal central (susumna). Esta síntesis entre el Sol y la Luna es el yoga, el estado alquímico de conjunción, el "camino medio" a través del cual se alcanza el éxtasis de la vacuidad o el estado de unmani.

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