Tu profesora de yoga no quiere que te atormentes, ni que te pongas al
límite ni que sufras cuando vas a clase. Hacemos un repaso de los cinco
puntos sobre los que se sostiene la base con la que deberías trabajar en
clase.
¿Qué le pasa por la cabeza a tu profesora de yoga cuando te mira con
cara de póker? Hacemos un repaso de la base sobre la que debes asentarte
para aprovechar al máximo una clase de yoga.
1. Ni su misión ni su intención es comprobar cuán flexible puedes llegar a ser.
Cuando la profesora de yoga te mira no está juzgando si eres capaz o no
de pegar el pecho al suelo o de cruzar los brazos por detrás de la
espalda, lo único que está intentando determinar es si estás en la
postura correcta y si estás cómodo y no forzando al cuerpo más de la
cuenta.
2. No le gusta que lleves al cuerpo mucho más allá de sus límites físicos. En general, los profesores de yoga prefieren que cada uno se mueva en su nivel y vaya progresando con las clases.
3. Espera que preguntes mucho en las primeras clases y está deseando explicártelo todo.
Por lo general, los profesores de yoga son unos convencidos de su
disciplina y están deseando convencerte de que has hecho una buena
elección. Entonces, pregunta todo lo que quieras, la información te
ayudará a progresar en la práctica.
4. Espera que no aparezcas en clases si estás resfriado o estás pasando una gripe. Aunque creas que una clase de yoga te puede hacer sentir mejor, quédate en casa y así no contagias a tus compañeros de clase.
5. Les gusta que vayas a clase al menos dos veces por semana para que consigas progresar en la práctica del yoga.
6. No suele importarles que des clases con otro instructor.
7. Prefiere que llegues a la clase un poco antes y que te tomes unos minutos para cerrar mentalmente todos los tema pendientes, al menos durante el tiempo que durará la sesión.
Fuente:
http://www.mujerhoy.com/salud/en-forma/profesora-yoga-consejos-mejorar-761722012014.html
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